Con la intención de hacer un entreno de trail pusimos rumbo a Játar, para iniciar desde allí la ruta hasta El Lucero (1774mts). Dejamos el coche en la zona de naves y granjas, justo al lado del inicio del sendero micológico, en las faldas de la Sierra de Játar.
Poco a poco fuimos avanzando por el sendero y comienza a coger altitud y a tornarse en pedregoso y más técnico, toda una gozada andar por ahí.
El camino va serpenteando por el valle que existe entre el Cerro del Cenacho y el Cerro de la Chapa, y va ascendiendo sin parar entre escalones de piedra y por el estrecho sendero pudimos disfrutar de enormes y majestuosos pinos.
El final de la primera ascensión por así decirlo es un mirador desde donde podemos apreciar el Cenacho, La Chapa, por debajo la venta de López, el Lucero, Cerro de Dos Hermanas y el Cerro de Mota. Las vistas que desde este mirador hay de los 360 grados son increíbles para lo poco que se ha ascendido hasta el momento. Vistas del embalse de los Bermejales y Sierra Nevada alucinante.
Tras bajar a la venta de López ponemos rumbo por el sendero del Puerto de Competa hasta llegar a las ramblas de Mota, justo por la zona de la antigua cantera, donde la pista es muy amplia. Si bien es cierto que el objetivo inicial era hacer la ruta hasta el Lucero, optamos por subir el Cerro Mota (1649mts).
Este es un macizo de piedra sin senderos que lo asciendan, o por lo menos no vimos ninguno. Subimos por las piedras hasta llegar arriba. Bloques de piedra majestuosos, fáciles de escalar.
Tras aproximadamente una hora, llegamos hasta arriba, desde donde pudimos observar el Lucero, el Mediterráneo y Nerja en su cara sur; así como el sendero que en origen íbamos a coger.
La bajada fue más complicada que la subida ya que optamos por descender por la cara este para conectar con el sendero, zona llena de piedras sueltas y terreno nada estable. Pero con cuidado y paciencia pudimos bajar y evitar riesgos innecesarios. Cogimos el sendero y deshicimos nuestros pasos hasta regresar al coche.
Fue una buena mañana de plena naturaleza y deporte, que culminamos con una comida excelente en el Bar Los Ángeles de Játar donde degustamos un plato de choto y uno jatareño (versión mejorada a mi entender del plato alpujarreño), ambos exquisitos y a buen precio.
La próxima será indudablemente la subida al Lucero, pero no nos arrepentimos del cambio de idea de última hora.
Estuvimos registrando la ruta con el programa STRAVA, con el cual podemos luego donar los kms realizados a través de la plataforma IWOPI para fines y causas solidarias. Os dejo el perfil y mapa de la ruta. En las próximas incluiremos más datos de los que ofrece este programa.
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